¿Por qué son diferentes los materiales de construcción en diferentes países?
- Fernanda Lin
- 14 oct
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 3 nov
Seguro que alguna vez, mirando una serie o película de Estados Unidos, te sorprendió ver cómo una pared se rompía con un simple golpe. O quizás te llamó la atención que las casas se levantan en tiempo récord, como si fueran de juguete. ¿Por qué en Argentina usamos tanto ladrillo y cemento, mientras que en otros lugares, como Norteamérica, la madera es la protagonista? La respuesta es que la elección de materiales no es un capricho. Es el resultado de una combinación de factores económicos, ambientales, culturales y hasta políticos que dan forma a nuestra manera de construir. Entender estas diferencias es clave para cualquiera que esté pensando en construir o refaccionar en el país.
Factor clave #1: La historia y la cultura del "para siempre"
En Argentina, y en la mayoría de los países de América Latina, el ladrillo y el hormigón predominan en la construcción tradicional. Esta tradición se basa en una mentalidad de solidez y durabilidad a largo plazo. Construir "con material" es sinónimo de algo que va a durar para siempre, o al menos, para varias generaciones.
Ventaja: percibimos estas construcciones como más robustas, seguras y resistentes al paso del tiempo.
Contraste: en Estados Unidos, la cultura de la mudanza es mucho más común, lo que hace que la velocidad y la facilidad de construcción y reparación de la madera sean prioritarias.
Factor clave #2: La disponibilidad y el costo de los materiales
Aunque la madera abunda en algunas regiones de nuestro país, la industria de la construcción en Argentina se ha desarrollado históricamente en torno a la producción y el uso de materiales como el ladrillo y el cemento.
En Argentina: la mano de obra para la mampostería es abundante y económica en comparación con los sistemas más industrializados, lo que favorece a la construcción tradicional.
En Estados Unidos: la abundancia de madera hace que sea un material más accesible y de menor costo. Además, los costos de la mano de obra especializada en mampostería son mucho más altos.
Factor clave #3: El clima y la geografía
Si bien nuestro país tiene una gran variedad de climas, la construcción debe adaptarse a condiciones específicas.
Resistencia climática: los materiales como el hormigón y el ladrillo ofrecen una mayor inercia térmica, lo que ayuda a mantener las casas frescas en verano, una ventaja crucial en muchas zonas de Argentina.
Zonas sísmicas: en regiones propensas a terremotos, la construcción debe cumplir normativas estrictas. El hormigón armado, combinado con otros sistemas, es una solución sólida y confiable para garantizar la seguridad estructural.
Factor clave #4: La irrupción de la construcción en seco
Aunque la mampostería tradicional sigue siendo la opción dominante, en los últimos años, la construcción en seco, como el Steel Framing, ha ganado terreno en el mercado argentino.
Ventajas en Argentina: este sistema utiliza perfiles de acero galvanizado y placas, ofrece tiempos de obra más cortos, mayor eficiencia energética y una previsibilidad de costos atractiva para el inversor.
Desafíos: a pesar de sus beneficios, aún existen barreras culturales. Para muchos, las paredes que "suenan huecas" en la construcción en seco son un estigma de menor calidad, a pesar de su demostrada resistencia y durabilidad.
Más allá del costo: la sustentabilidad y el futuro
Hoy, la conversación en la industria de la construcción ya no se centra solo en el costo, sino también en el impacto ambiental.
Construcción sustentable: en Argentina, crece el interés por materiales ecológicos y procesos más eficientes. Esto incluye desde el uso de plásticos reciclados hasta el desarrollo de cementos con menor huella de carbono.
Oportunidad: la construcción en seco, por su naturaleza, genera menos residuos y permite un mejor control de los materiales, lo que la posiciona como una opción más sustentable en el largo plazo.
En definitiva, la elección de materiales es un reflejo de nuestra historia, economía y prioridades. Mientras la solidez del ladrillo y el cemento ha sido históricamente la norma, la construcción en seco y los materiales sustentables marcan el camino hacia un futuro más eficiente y consciente en Argentina.
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